Aunque la Teoría General de Sistemas (TGS) puede remontarse a los orígenes de la ciencia y la filosofía, sólo en la segunda mitad del siglo XX adquirió tonalidades de una ciencia formal gracias a los valiosos aportes teóricos del biólogo austríaco Ludwig von Bertalanffi (1901-1972). Al buscar afanosamente una explicación científica sobre el fenómeno de la vida, Bertalanffi descubrió y formalizó algo que ya había intuído Aristóteles y Heráclito; y que Hegel tomó como la esencia de su Fenomenología del Espíritu: Todo tiene que ver con todo.
Corrían los años 50, y ya Julian Huxley (el hermano de Aldous) había desarrollado sus conceptos sobre la síntesis evolutiva moderna y Francis Crick y James Watson avanzaban en su trabajo sobre la estructura helicoidal del ADN. Por eso que el ambicioso programa de investigación de Ludwig von Bertalanffi buscaba responder a la pregunta central de la biología: ¿qué es la vida?. Por su carácter globalizado y “abierto” Bertalanffi no pudo dar respuesta a esta pregunta crucial, pero se acercó a su resolución con ideas que transformaron radicalmente nuestra visión del mundo: el todo es más que la suma de sus partes; el todo determina la naturaleza de las partes; las partes no pueden comprenderse si se consideran aisladas del todo; las partes están dinámicamente interrelacionadas o son interdependientes. La Teoría General de Sistemas contiene la paradoja de ser uno de los ámbitos más apasionantes de la ciencia moderna, y tambien, uno de los más incomprendidos. Este es el tema que desarrollamos hoy en nuestros Conceptos de Economía
Bertalanffi no pudo responder a la pregunta que lo intrigaba y que permanecía sin respuesta en todos los libros y manuales de biología. Pero su investigación marcó un salto cualitativo en la comprensión y desarrollo de la teoría de sistemas, entendiendo por sistema a un conjunto de elementos que funciona como un todo. Por ejemplo, cada órgano del cuerpo humano afecta su funcionamiento global; y el sistema digestivo es bastante diferente al sistema nervioso o al sistema endocrino, pero no hay parte alguna que tenga un efecto aislado del todo. Ninguno de estos subsistemas es totalmente independiente. Ni el sistema circulatorio ni el sistema linfático pueden funcionar de manera aislada,
porque entonces no forman un ser vivo.
El todo y sus partes
Los logros de Bertalanffi tuvieron el gran mérito de apuntar al todo y sus partes. Para comprender el funcionamiento de un cuerpo es necesario comprender el funcionamiento de sus partes, y su rol en el desempeño global. Así como el sistema digestivo y el sistema endocrino son cruciales para la salud del cuerpo humano, así también la ingeniería o las ciencias políticas son cruciales para comprender a la sociedad. Este elemento fue el que sacó a Bertalanffi de los ejes biológicos, y lo trasladó al terreno de las organizaciones. Bertalanffi demostró que las organizaciones no son entes estáticos y que las múltiples interrelaciones e interconexiones les permite retroalimentarse y crecer en un proceso que constituye su existir. En el continuo de aprendizaje y retroalimentación que mejora las salidas y entradas y perfeccionan el proceso, Bertalanffi desentrañó la vida de las organizaciones. Muchos autores continuaron con esta linea de trabajo y Peter Senge en su idea de aprendizaje continuo es uno de sus más connotados discípulos.
Por eso que fue en el campo organizacional donde las teorías de Bertalanffi lograron sus mayores éxitos. El enfoque sistémico permitió comprender a una organización como un conjunto de subsistemas interactuantes e interdependientes que se relacionan formando un todo unitario y complejo. Cada sistema, subsistema y subsubsistema desarrolla una cadena de eventos que parte con una entrada y culmina con una salida. Lo que ocurre entre la entrada y la salida constituye la esencia del subsistema y se conoce como proceso o caja negra. cìrculo interno de la gráfica.
Las entradas son los ingresos del sistema y pueden ser recursos materiales, recursos humanos o información. Constituyen la fuerza de arranque de cada subsistema dado que suministran las necesidades operativas. Una entrada puede ser la salida o el resultado de otro susbsistema anterior. En este caso existe una vinculación directa. Por ejemplo: bosque → aserradero → depósito de maderas → fábrica → producto final. Nótese que el tratamiento de cada una de las etapas requiere distintos planos organizativos y que todos los productos finales que nos rodean (una mesa o una silla) es el resultado de una cadena de eventos articulados por la acción humana.
El proceso es lo que transforma una entrada en salida, como tal puede ser una máquina, un individuo, un programa, una tarea. En la transformación se debe tener en cuenta cómo se realiza la transformación. Cuando el resultado responde plenamente al diseño del programa tenemos lo que se conoce como caja blanca; en otros casos, no se conoce en detalle cómo se realiza el proceso dado que éste es demasiado complejo. En este caso tenemos lo que se conoce como “caja negra”.
Las salidas de los sistemas son los resultados de procesar las entradas. Estas pueden adoptar las formas de productos, servicios o información, y ser la entrada de otro subsistema. Por ejemplo: trigo →molino →harina →panadería →pan. La harina es el producto final del molino, pero es la materia prima (entrada) de la panadería. En la teoría de sistemas, es muy normal que la salida de un sistema sea la entrada de otro, que la procesará para convertirla en otra salida, en un ciclo continuo (cìrculo exterior de la gráfica). De ahí que para Bertalanffi la teoría de sistemas tenga una fuerte vinculación con las leyes de la termodinámica.
Sinergia y homeostasis
El gran mérito de la Teoria General de Sistemas es brindar una lógica a los esquemas conceptuales conocidos bajo el nombre de enfoques analítico mecánicos. Si la TGS es una teoría aún joven en aplicación y divulgación se debe a que los procesos inducidos por el racionalismo son deterministas y perfectos, ciegos al entorno. Para el racionalismo cartesiano no existen conceptos como la sinergia (el todo es mayor que la suma de sus partes) u homeostasis (nivel de respuesta y de adaptación al cambio). En economìa, los modelos de desarrollo hablan de globalización, pero no toman en cuenta los efectos de la globalización dado que no consideran las leyes de la termodinámica, o los efectos del calentamiento global y el agotamiento de los recursos.
La característica del enfoque sistémico de Bertalanffi es que se trata de sistemas abiertos, procesadores de insumos de entrada que originan resultados y que en este proceso experimentan cambios y se autotransforman. Se trata de un proceso continuo que promueve el feed-back o la retroalimentación, para el mejoramiento continuo. De ahí su éxito de cara a la visión organizacional y la maximización de sus subsistemas. Al tratarse de sistemas abiertos, son permeables a los cambios y al aprendizaje que se induce en la acción práctica.
Justamente la noción de sistema abierto fue lo que impidió a Bertalanffi acercarse a desentrañar el fenómeno de la vida. Y es que los seres vivos son sistemas cerrados, que poseen dentro de sí mismos la capacidad de generar vida. Por eso que la respuesta a ¿qué es la vida? debió esperar hasta 1971 cuando los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela desarrollaron la noción de autopoiesis, es decir, la capacidad del organismo vivo para autorreproducirse. Bertalanffi no dio respuesta a “¿qué es la vida?” pero desentrañó el gran misterio de la vida de las organizaciones con su Teoría General de Sistemas.
El gran mérito de la Teoria General de Sistemas es brindar una lógica a los esquemas conceptuales conocidos bajo el nombre de enfoques analítico mecánicos. Si la TGS es una teoría aún joven en aplicación y divulgación se debe a que los procesos inducidos por el racionalismo son deterministas y perfectos, ciegos al entorno. Para el racionalismo cartesiano no existen conceptos como la sinergia (el todo es mayor que la suma de sus partes) u homeostasis (nivel de respuesta y de adaptación al cambio). En economìa, los modelos de desarrollo hablan de globalización, pero no toman en cuenta los efectos de la globalización dado que no consideran las leyes de la termodinámica, o los efectos del calentamiento global y el agotamiento de los recursos.
La característica del enfoque sistémico de Bertalanffi es que se trata de sistemas abiertos, procesadores de insumos de entrada que originan resultados y que en este proceso experimentan cambios y se autotransforman. Se trata de un proceso continuo que promueve el feed-back o la retroalimentación, para el mejoramiento continuo. De ahí su éxito de cara a la visión organizacional y la maximización de sus subsistemas. Al tratarse de sistemas abiertos, son permeables a los cambios y al aprendizaje que se induce en la acción práctica.
Justamente la noción de sistema abierto fue lo que impidió a Bertalanffi acercarse a desentrañar el fenómeno de la vida. Y es que los seres vivos son sistemas cerrados, que poseen dentro de sí mismos la capacidad de generar vida. Por eso que la respuesta a ¿qué es la vida? debió esperar hasta 1971 cuando los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela desarrollaron la noción de autopoiesis, es decir, la capacidad del organismo vivo para autorreproducirse. Bertalanffi no dio respuesta a “¿qué es la vida?” pero desentrañó el gran misterio de la vida de las organizaciones con su Teoría General de Sistemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario